El nombre Tony Alva es el ritmo del skate. Abriéndose camino en la historia con una sola barra, Alva es un original que traduce la actitud en movimiento y la personalidad en legado. Su historia en el skate es el verdadero comienzo del peligro, el arte y la oposición, convirtiendo a Dogtown en la intrépida capital del skate. Junto con el equipo de Zephyr Skateboarding, Alva y los Z-Boys demostraron que el skate era más que una moda, un juguete o un pasatiempo, sino más bien una expresión nefasta y necesaria en un páramo posmoderno.
En la década de 1970, convirtió los disturbios de los adolescentes en una ambición imparable, colaborando con Vans para crear el primer zapato auténtico "Off The Wall" de la marca para el skateboard, además de crear su propia marca homónima, ambas hazañas históricas en ese momento. Con un pie en la emergente escena del hardcore punk de California y el otro empujando los límites del skate, Alva se ha convertido en el arquetipo del skate y en el tema de editoriales, documentales y películas de ficción, que buscan aprovechar su esencia. Siempre vinculado a los orígenes del patinaje e inmortalizado como un revolucionario, nadie podría haber tocado, cambiado y moldeado el skate de la forma en que Tony Alva continúa haciéndolo, simplemente siendo la definición de un individuo.